MARIA PARDO

La llave del amor para Miguel y Ana

Sentir que la piel se estremece, mirarte a los ojos y querer verte eternamente, atar tu sonrisa con lazos imaginarios a mi pensamiento, querer parar el tiempo en un beso eterno, recorrer tu piel, buscando cada pliegue cada lunar, como un cielo estrellado, mi universo; Así es como te sientes, cuando uno te ofrece su vida, único y diferente.
Entonces, creamos una isla imaginaria donde solo hay cabida para los dos, es la magia del mago del amor, no importa la estación, todo está en movimiento,



Más de una vez hemos soñado despiertos y otras veces ha sido nuestro sueño tan real que tenemos que comprobar si ciertamente ha pasado, de hecho a veces nos despertamos y nos pellizcamos para saber que ya hemos regresado de la otra dimensión. Cuando esto sucede, nos levantamos con unas ganas irrefrenables de hablar de ello y contar nuestra historia recién vivida;  pero cuando algo así nos ocurre ¿ qué diferencia hay entre haberlo vivido y haberlo soñado?



EL SUEÑO DE IKER


Realmente me apetecía demostrarle y demostrarme que era un buen jugador, de hecho aunque estaba rendido, no lograba inicialmente dormir, ya que mi cabeza se centraba constantemente en posibles jugadas que podía llevar a cabo, en mi mente rebotaba como un eco, las palabras que había dejado caer.

- La verdad Iker, aunque no eres el más rápido, si eres  muy resolutivo, puedes ser un excelente delantero. Debes intentar penetrar por la banda.

Entonces me imaginaba corriendo sorteando a los otros jugadores, y llevando la pelota entre mis piernas, haciendo zig-zag, olvidándome casi de que existe portero. Para que el balón  llegue a su destino, lanzaba la pelota y el golazo ya era mío, un caño de la leche, ¡búa! lo había conseguido.

El despertador sonó y ya escuche a mi madre cacharreando, preparándome el desayuno. La ducha me esperaba y sin dudarlo yo mismo escogí mi pantalón de deporte, había quedado con los compis en que llevásemos  el atuendo deportivista, esto nos ayudaría y nos daría más confianza. Aunque parezca una tontería el hábito hace al monje y si no te vistes y lo vives es como si te quedases a mitad.

Lucas nos explicó que la concentración antes de un partido era fundamental, había que vivir el encuentro, como si fuese el único, él último. Tenía que haber una gran sensación de compañerismo, sino nos entendíamos, la jugada no llegaba, cada uno teníamos que dar lo máximo de nosotros mismos, porque el partido hay que salir a ganarlo, es fundamental no venirse abajo. El gol llega cuando confías que vas a marcarlo y entonces ya nadie puede pararte"